miércoles, 13 de octubre de 2010

Regresé a casa de día


Regresé a casa de día. El silencio caminaba en puntas de pie surcando el suelo. Las luces comenzaban a despertar. El beso fue fuerte y con un leve dejo de verdad. Entre los días siguientes iban y venían preguntas desconcertantes. Estábamos lejanos. La mirada fría reposando en la nada. Mala sangre o perdón. Ahora las pestañas reclamaban un llanto que es bien conocido. Noche de cerca. A tu nombre ya no lo quería ni nombrar. Perfume a sonrisa falsa y un chiquero próximo a la vista. Baja presión o taquicardia. No soporto más a mi cuerpo ni a mi verdad. Me transformo en la soledad de oírme callado. Tus reacciones serán estudiadas en un estado de coma. Hay un desdén solapado donde se conjugan tu ser, tus ojos y tu respiración artificial. Me propongo mirarte bien y así transformarte. Hoy sueño con tu sombra espesa que reposa en mi paladar lleno de reflejos pálidos. Con dolor fresco y algo así como ternura imaginada. Nos rompemos en un abrazo sin ropa ni fuerza. (Hubiera deseado un amanecer con el viejo sol). Los corazones se tornan serios. Un poco menos, un poco. Las guirnaldas se deshilachan y se pudren en tus pies. No sabemos por qué hablamos en voz baja… con excusas que ya usamos. Se consume el amor de a poco, a fuego lento. Con un impulso largo tan parecido al final. Se consume el amor de a poco, a fuego lento. No sabemos por qué hablamos en voz baja… con excusas que ya usamos. Las guirnaldas se deshilachan y se pudren en tus pies. Un poco menos, un poco. Los corazones se tornan serios. (Hubiera deseado un amanecer con el viejo sol). Nos rompemos en un abrazo sin ropa ni fuerza. Con dolor fresco y algo así como ternura imaginada. Hoy sueño con tu sombra espesa que reposa en mi paladar lleno de reflejos pálidos. Me propongo mirarte bien y así modificarte. Tus reacciones serán estudiadas en un estado de coma. Hay un desdén solapado donde se conjugan tu ser, tus ojos y tu respiración artificial. Me transformo en la soledad de oírme callado. No soporto más a mi cuerpo ni a mi verdad. Baja presión o taquicardia. Perfume a sonrisa falsa y un chiquero próximo a la vista. A tu nombre ya no lo quería ni nombrar. Noche de cerca. Ahora las pestañas reclamaban un llanto que es bien conocido. Mala sangre o perdón. La mirada fría reposando en la nada. Entre los días siguientes iban y venían preguntas desconcertantes. Estábamos lejanos. Entre los días siguientes iban y venían preguntas desconcertantes. El beso fue fuerte y con un leve dejo de verdad. Las luces comenzaban a despertar. El silencio caminaba en puntas de pie surcando el suelo. Regresé a casa de día.