lunes, 16 de junio de 2008

La guerra lúdica. (Carta tres)

Buenos Aires, 21 de febrero de 1988.
Queridos: Dos años largos, o para ser más preciso setecientos treinta y un días fue la demora que se tomo Florencio fríamente ya que su gran amigo Georgie demoró, un día más o tal vez un día menos, en contestar la correspondencia de amistad.
Suiza a pesar de encontrarse nublada, jadeaba su perfecta estética. Se podía pensar que en el terreno físico sin meta en el horizonte, era lo más cercano al paraíso. Florentino mientras desplazaba su físico contundente por la pulcra acera se detuvo a observar que habían titulado esa mañana los periódicos. En el “Ginebra Oficial” con fondo de tapa completamente negro y gran tipografía blancuzca se destacaba “Gorvachov avanza con la Perestroika”. Esbozó una sonrisa agridulce.
Este fue el día tal vez mas esperado por estos dos grandes amigos. Si bien parecía que este encuentro nunca llegaría a concluirse aquí los tienen, el encuentro ya esta cerca.
Viajar en los trenes europeos es un placer al alcance de la mano pero de ninguna manera es tal en Buenos Aires. Dolorosamente debo decirlo desde aquí porque la verdad de lejos duele más. En poco tiempo llegue al boulevard cercano a la casa de Georgie. Me quité el sobretodo porque la caminata fue pesada y el calor comenzaba a mermar del asfalto con esas nubes de vapor sigiloso. Llevaba un pantalón gris claro y suéter azul Francia, de donde venía. Acá está la puerta. Cerré el puño y lo estrelle golpeando dos veces. Me sorprendió que escuchara en el interior el eco de mis golpes. Luego en unos instantes escuche el bamboleo de su bastón. Seguramente espero a supervisar los últimos detalles y pensar un tiempo. Se abrió la puerta y empecé a disfrutar...