jueves, 27 de diciembre de 2012

Porque el amor es un peligro

Hong Kong, 1963. En esa ilusión de humo y risas se despidieron a escondidas. Ella humedeció sus labios (no pudo ser menos sensual). Se despidió en voz baja: “no debemos ser como los demás. No me olvides”.

Todo habita en un lugar recóndito, escondido y fuera de toda lógica. Es un secreto hermético y a su vez cálido. Su pasión esperará la llegada de una intérprete que descubra las formas.

La intensa lluvia en los momentos más desesperados. En un accidente automovilístico, la señorita Li-Zhen, muere al instante. La vida que sigue alrededor y la sensualidad, su sencillez compleja.

Silencio. Silencio que se refleja en su rostro impregnado de dolor suave y sus ojos simétricamente rasgados. Una simple habitación ahora vacía. El tenue rememorar del roce de la piel fresca.

Porque el amor es un peligro. Hubiera sido peor no haber amado. 



martes, 18 de diciembre de 2012

Anonimato fugaz

El silencio se entibió ante el perpetuo sol,
dejando dos objetos soportando el arte.

Hubo intensidad en el vibrante juego del beso,
queriendo la sofisticada condensación mental.

Invito entonces al anonimato fugaz,
para perder penas y la misma cruz crepitante.

Las manos de noche planetaria sujetan fuerte;
invitame a visitar la inerte magia del río blando.

Se quemaron diversos corazones terminados,
vacilantes a la espera de la revolución.

Hubo lunas y fogatas en diversos años,
aunque solo necesite un insólito escrito viejo.

Metáfora en la boca, un recuerdo,
el cielo alto le llegue a ofrecer.

Así salvé una vida después,
circunstancia humana la libertad.

Misteriosa agua llena de música,
primavera encendida que separa y viene.

Siempre enamorado el primer día,
sin poder controlar la muerte lenta.

En torno a un romántico pequeño,
y las tumbas de una intimidad.

En la sombra de la luz de tus ojos,
hasta cambiar lo sucedido, deseo.