domingo, 25 de marzo de 2007

Decidir a decidirse...

Todos de alguna u otra forma padecimos la terrible sensación de no tener decisión. No tiene sentido vivir con falta de decisión.
Esta se genera y manifiesta de diferentes formas.
Se puede generar por ejemplo por falta de amor propio, excesivo crecimiento del ego, no saber finiquitar una relación amorosa, o simplemente sentirse feo.
Se puede manifestar por ejemplo por transpirar cuando hace frió, tener hipo, no cortar bien los números de las panaderías para ser atendido o no tener rubrica para cuando se renueva el Documento de identidad.
La falte de decisión ajena es la que genera mi decisión de decir que me vuelvo intolerante.

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