Todos de alguna u otra forma padecimos la terrible sensación de no tener decisión. No tiene sentido vivir con falta de decisión.
Esta se genera y manifiesta de diferentes formas.
Se puede generar por ejemplo por falta de amor propio, excesivo crecimiento del ego, no saber finiquitar una relación amorosa, o simplemente sentirse feo.
Se puede manifestar por ejemplo por transpirar cuando hace frió, tener hipo, no cortar bien los números de las panaderías para ser atendido o no tener rubrica para cuando se renueva el Documento de identidad.
La falte de decisión ajena es la que genera mi decisión de decir que me vuelvo intolerante.
domingo, 25 de marzo de 2007
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