sábado, 21 de noviembre de 2009

Primavera verano

El silencio era música en la espera de tu estado. Ya se despedía la niñez. El teléfono había sonado una sola vez entre la oscuridad de estar tranquila. Te sentías alegre con las ventanas abiertas y el placard ordenado. Si estabas feliz sentías un amanecer entre la noche que se iba deshilachando entre azules y grises.
Te moviste hasta la cocina donde el cielo era claro. Abriste la heladera y sacaste un tupper con frutas de estación. Comiste varios gajos de una pequeña mandarina. Saboreaste con vehemencia y sufriste un poco el ácido sutil. No te importó nada el olor que se impregnó en tus manos.
Reposaban tranquilas las ideas. Vivías perdiendo el miedo a las alturas. Estabas en primavera verano. El sol, ahora, se encontraba en lo más alto. Tu estómago se endureció, te picaba la nariz, tu pelo suelto te daba sueño liviano.
Tu vestido blanco, estampado de flores, cayó a la nada. Tus piernas se entumecieron y estabas tan sola sin besos. Entre un hola y adiós dabas vida. Eras mamá.

2 comentarios:

matilde dijo...

entre hola y adios si tenes ganas podes escuchar algo aca. http://www.youtube.com/watch?v=uAOfh3_Ip54

copia y pega, no pidas un link

desde hoy te sigo.
te invito a mi mundo citrico.
beso, matilde

MM dijo...

tengo volverte a decir que aunque no sea madre me sentí reflejada en este relato?