Luego
de leer estas ciento treinta y cuatro palabras sabrás porque morí. No
es broma. Sabía seducir. Me desnudo entre líneas. Tomé todo su veneno. Jamás
sabrás mi verdadero nombre. Durante dos o tres minutos perdí la vista. Humo en los
ojos. Dormía la noche con un fondo de cristal opaco. No había nadie bailando
con la muerte. Sube
cinco pisos. Me ata. Obviedad informar que sin mi consentimiento. Sabía
seducir. Todavía lo veo. Él suscitaba palabras (creí con fines amorosos).
Individuos y mentiras. Sabía seducir. Yo casi romántico. Casi: palabra mediocre
y a la vez positiva. Todavía lo
veo. Y él me mira. Desnudos nos frotábamos. Su sonrisa entre
los dientes se oscurece. Mis ojos se abren al compás. No te vayas. No te
pierdas. En mi memoria. Llueve. Y el dolor se desvanece.Vicio
barato y complejo: imaginar. Fallé.
martes, 4 de septiembre de 2012
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1 comentario:
Vicio barato el de imaginar. Por suerte es una de las pocas cosas son tan adictivas y tan baratas.
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