Había un ciclo de Kurosawa en la Lugones. Aparece ella, con un kimono
ceñido a su frágil estructura. Sus movimientos languidos se apagan con
la brisa. Aparece él, con el rostro demacrado y en el fondo del paladar
un profundo sabor a sangre oscura. Recuerdo con precisión de deleite el
aroma al arroz cocido y té de jazmín. Recuerdo como lentas diapositivas
nuestro primer beso y el fin sobreimpreso en la pantalla.
miércoles, 10 de octubre de 2012
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1 comentario:
El primer beso es determinante de lo que viene. Para los acuarianos sobre todo.
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