sábado, 21 de abril de 2007

Corazón con agujas.

Todas las personas tienen corazón, por más que algunos pareciera que no lo tienen. Sin lugar a duda es la máquina más perfecta y apasionados del ser humano.
Algunos corazones son vigorosos, fuertes, ruidosos, grandes y molestos. Otros en cambio son débiles, insulsos, discretos, chicos y molestos también. El corazón es uno de los objetos más conocidos y vulgares de este mundo, es nada más y nada menos que el reloj.
Los relojes habitan por todas partes, laten por ahí aunque no lo veas. Desde la distancia mas complicada de vencer, que es de la mesa de luz de uno y su propia cama hasta lugares públicos como oficinas, canchas de tenis, carteles publicitarios en avenidas (son eléctricos) o bares del centro entre otros.
Yo por lo general uso el reloj en mi mano izquierda, desde hace años que solamente se muere cuando me voy a bañar ya que no es sumergible y si lo fuese, la correa que lo sostiene a mi muñeca al humedecerla se pudriría y moriría.
Por lo general la gente usa el reloj de mano en la mano contraria con la cual se escribe o se es más dúctil, aunque como toda regla, siempre hay gente que las distorsiona y las rompe.
Entonces, la gente que usa relojes de mano en la mano que es más dúctil y escribe es un degenerado que además nunca será aceptado por la gente de mi mundo.

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