viernes, 13 de julio de 2007

Natalia, sus cantos.

Esto en primera instancia puede llegar a tener un doble sentido, pero no es este el fin de las próximas líneas con letras. Natalia tiene como una de sus disciplinas predilectas entonar canciones o melodías sordas, mejor dicho ciegas. Su imaginación genera en ella hermosas composiciones improvisadas pero para no callar el encanto de ese momento se olvida por su frágil memoria lo cantado y el mundo se lo pierde. Lamentablemente se lo pierde.
Yo me pregunto ¿Porqué no perderemos escuchar las sirenas excesivas que apuran el tránsito, despiertan las bocinas de los demás automóviles y generan un tapar las orejas con bronca o los chillidos del subterráneo en las curvas muy curvadas o los truenos estrepitosos que hacen que la habitación con luz tenue se tiña de terror o los gritos en la madrugada del linyera del barrio al tener pesadillas o llantos en los colectivos de nenes malcriados e incansables o petardos explosivos en la tarde siguiente a la Navidad? En otro momento hablaremos de esto, quizás los escuchen y se acuerden de mí.
Natalia no canta por cantar no más. Canta por lo que se debería hacer en todas las ocasiones. Desahogar penas, ahogar personas. Hacer enamorar a la razón y la pasión. O alguna otra idea que ella no me ha balbuceado todavía. Natalia antes de cantar sus sonatas o inventarle melodías a mis poemas hace su ejercitación para despertar a las cuerdas vocales que deben dejar de bostezar para así cantar o en mi caso intentarlo.

Como dije antes canturrea para sacar a la luz (nunca canta a oscuras) sus sentimientos, sus momentos o sus… aquí nos pusimos a bucear y las burbujas que salían de su boca se rompieron pero calladas y no nado así el mensaje.
Hay siete formas claras, conocidas y estudiadas de entonar y hacer los ejercicios pertinentes. Pueden ser en Do, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si (decir esto ya suena distinto a todo lo demás, si lo piensan lo acaban de cantar), también se puede hacer como lo leyeron algunos o cantaron los otros, pero empezando del Si nunca del no. Lo que no esta permitido ni por Chopin, Gancé, Debussy o algún entendido es variar o intercalar y así no hacer como se debe el ciclo de Do a Si o de Si a Do. A mí me gusta romper las reglas pero de madera o plástico verde, no de música.
Natalia no lo sabe y es por eso que lo escribo, cuando entona sus ejercicios manda mensajes invisibles a las musas (en invierno) y moscas y gorriones (en verano) que bailan con los sonidos a flor de aire, a veces los gorriones acompañan silbando.
Cuando entona el Do esta claramente cantando a las flores del dolor. Cuando entona el Re esta claramente cantando a las flores del rencor. Cuando entona el Mi esta claramente cantando a las flores del milagro. Cuando entona el Fa esta claramente cantando a las flores del fastidio. Cuando entona el Sol esta claramente cantando a las flores de la soledad y los días nublados a la simple clave de sol. Cuando entona el La esta claramente cantando a las flores del lamento. Cuando entona el Si esta claramente cantando a las flores del silencio. Shhh… Si la última flor permite que me oiga le digo por cierto que sus cantos son lindos.

3 comentarios:

Cintia Fritz dijo...

Entré solamente a decirte felíz día.

MM dijo...

Siempre, ya sea en este momento, en un sueño o esperandonos en el futuro, hay alguien que nos canta bajito al oido, y nos pone la piel de gallina...

Tango dijo...

y yo?

:P